Al estaba luchando para que se separase de su madre porque ella quería montar y Océano necesita estirar las patas.
Llego yo y le digo: Vamos!!!
Contento, viene hacía mí, relinchando de puro gozo.
Sonrío y le llevo al campo para potrillos, ahí están todos lo potrillos nacidos en los últimos meses.
Aldama me dice:
-Si lo quieres es tuyo.
-Claro que sí, creo que le llamaré Caramelo.
-Me gusta ese nombre.
Nos abrazamos y ella me consuela por lo de Oscuridad.
Voy hacia su cuadra y toco la foto que nos hizo Aldama la última vez.
-Dónde estarás- susurro, llorando.- Como alguien te toque sabrá lo que es el dolor y el sufrimiento. Ya sea humano, animal o espíritu.
La verdad es que a Oscuridad la tengo desde potrilla. Me acuerdo el día que la elegí. (para verlo pincha en este enlace:Yo y mi yegua (historia de como nos conocimos))
Entró Aldama dándole collejas a Cristian:
-Díselo
-Ay, vale.- dijo, empezó a juguetear con lo dedos- Yo dejé abierta la puerta de la cuadra y como tu yegua es la más inquieta se habrá escapado hacia el monte donde hay lobos.
-Noooooooooooooooooooooooo
Entonces Kay entro y dijo a Cristian:
Imbécil, imbécil!!!!! No le pegué pero lloré.
-Olvídate que existo, vale Cristian? No me hables, no me mires y no utilices a Aldama para hablar conmigo. No me envíes Whatsapps y no quiero volverte a ver. Si está muerta el siguiente serás tú.