Él.

He ido a ver a Alejandro. No he tardado en reconocerle. Su característico pelo estaba cayéndole en forma de cortinilla y llevaba vaqueros. Me he enamorado otra vez de él. Su sonrisa y todo de él. Mi mejor amigo, el que sabe de todo mi pasado, el que nunca me ha regañado. El que me ha despertado a las tres y media de la mañana para ver los fuego artificiales junto a él. El que me colaba en los conciertos de los Rolling Stones. El que me dedicaba canciones en sus "conciertos" caseros. El que me besaba delante de sus amigos (en la frente, malpensados). Él que me defendía cuando nadie más quería hacerlo. Él que me despertaba por las noches para que escuchara sus canciones de guitarra eléctrica. El que me defendía cuando me metía en peleas. El que me veía en verano y me decía tabla. 
Él.
Según me ha visto ha corrido hacía mí y me ha abrazado. He sentido un escalofrío y Kay ha pasado a mi pasado. Él estaba aquí. No había nada de lo que tuviera que temer. Ni Delia, ni Alexia, ni Ramón.
Solo sé que lo he echado de menos.
-Hola, Celeste, ¿me echaste de menos?
-No sabes cuánto.
Hemos ido a nuestro antiguo lugar. Dónde nos escondíamos del mundo y éramos felices. Hemos hecho bromas y ha llegado un momento culminante:
-Te acuerdas de lo que te tenía que decir?
-Sí. Dímelo.
-Me gustas. En realidad, me has gustado desde que te conocí.
-Bromeas, no? Tú siempre me has gustado!
No se lo voy a decir a ninguna de las dos (Camila y Aldama), pero sí a Canela y Azafira que seguro me guardan el secreto.