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domingo, 12 de junio de 2016

Y lo vi otra vez con ella.


Ella se está haciendo permanente en su vida. Y eso me molesta. Que le preste tanta atención a ella y no a mí. Pero creo que su objetivo es confundirme. Siempre que hablamos del amor o escuchamos canciones románticas, él me mira a mí. Y noto como eso a ella le pone muy celosa porque rápidamente le llama para obtener su atención. Y cómo él pasa de ella para sonreírme. A mí, su compañera de frikadas de Dragon Ball, de Naruto, ect.
Y le sonrío. A veces sólo aparto la vista, sonrojada. Él me encanta. Y creo que lo sabe. Siento que para mí sólo existe él. Su sonrisa. Su mirada socarrona y sus ojos. Oh, esos ojos chocolate que desde hace tiempo me dejan sin dormir. Me encanta que a veces sus bromas sólo existan para mí. 
Soy muy extrovertida, la verdad. Pero cuando estoy con él me convierto en la persona más tímida del mundo. Me sonrojo, tartamudeo. Luego sufro el S.M.R. (Síndrome de la Montaña Rusa). Me late tanto el corazón que creo que se me va a salir del pecho. Estoy enamorada? No lo sé, ni me apetece tanto averiguarlo. Sólo me apetece estar con él para siempre.

Este texto es de una chica que me mandó un correo. Se mantendrá bajo el nombre de Bea, pero ese no es su nombre verdadero. Los jueves subiré una entrada de ella. Sus reflexiones.

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